Coaching: mucho más que pensamientos positivos

Coaching: mucho más que pensamientos positivos

A pesar del intrusismo constante en el mundo del Coaching, especialmente en los últimos años con el ascenso de las nuevas tecnologías y el imperio de las redes sociales, sigue habiendo innumerables profesionales que trabajan para ejercer un Coaching ético y comprometido. A este tipo de Coaching, el que defendemos y certificamos en OCC-Internacional, le sobra rigor.

A todos aquellos que dudan sobre la aplicación y efectividad del Coaching, este sería el primer punto importante a destacar. Se trata de una herramienta siempre potente, a menudo complicada por su simpleza, que va mucho más allá de motivar pensamientos positivos. El Coach profesional acompaña el coachee con sensibilidad y recursos para que no llegue a sentirse desbordado, a gestionar sus emociones y a lograr una mentalidad de crecimiento.

El segundo punto que precisa ser entendido es que no tiene nada que ver con bloquear emociones negativas y vivir en una burbuja de positivismo. Es verdad que en el Coaching también se trabaja con el aspecto emocional, y ello de por sí ya es extremadamente complejo. Pero el Coach profesional tiene en cuenta a la persona en su totalidad y a la relación que ésta mantiene con su entorno, manejando las distintas dimensiones que la componen: corporal, mental, emocional, energética, lingüística, etc.

¿Empiezas a comprender todo el potencial que sostiene el proceso de Coaching?

Llegados a este punto, podemos afirmar con satisfacción que el Coach profesional que se rige por el Código Ético del Organismo Internacional Certificador de Coaches Profesionales (OCCI) no interpreta, sino que escucha. No ayuda, sino que acompaña. Y lo hace mediante una relación profesional que se establece durante un proceso creativo, nunca directivo.

El objetivo primario siempre es el incremento de la consciencia. Del Coach profesional se exige una serie de competencias, como la capacidad de escuchar y observar, entre otras. Del coachee se exige determinación y entrega, pero en cambio dispone de una gran posibilidad de transformación.

El resultado de estos encuentros permite que haya avances considerables en el proceso de toma de decisiones, abriendo puertas para una existencia más equilibrada y placentera. Al fin y a cabo, uno de los puntos más positivos de este proceso de autoexploración es justamente saber que no hay perfección a seguir. Es una ruta de aceptarse y empoderarse.

Y no hay mejor forma de concluir esta reflexión que poniendo la debida atención al hecho de que no hay fórmulas hechas para un buen proceso de Coaching. No es algo exacto, y para hacerlo bien hace falta mucha sensibilidad. El Coach debe tener la capacidad de no juzgar ni dejarse llevar por prejuicios, la capacidad de escuchar y la disciplina de invertir incesantemente en formación.

Para que el proceso de Coaching se dé de forma satisfactoria, el Coach profesional se aleja de todo lo que puede estar relacionado a intuición para centrarse en recursos y acciones concretas. Este es el camino para ser capaz de acompañar el coachee en su jornada de crecimiento y aprendizaje.

Todo este rigor profesional es la base de la labor de OCC-Internacional. Nuestro compromiso pasa por estimular los procesos de certificación profesional y un ejercicio del Coach con excelentes estándares de ética y calidad.

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