¿Bebe la Consultoría actual del Coaching? (1)

¿Bebe la Consultoría actual del Coaching? (1)

Los profesionales de la consultoría son creadores de valor añadido: trabajan en las áreas estratégicas de los negocios y lidian con cuestiones relacionadas con el liderazgo, la economía y la gestión al más alto nivel directivo. Los consultores ayudan a las organizaciones y a sus equipos directivos a ser más competitivos y a desarrollar todo su potencial.

Sucede, además, que en los últimos tiempos en las empresas se ha producido un aumento en la demanda de los servicios de coaching empresarial. Con la situación de incertidumbre de los mercados, las empresas buscan la mejor manera de sacar el máximo rendimiento a sus recursos, saben que así lograrán mejores resultados. Y el recurso humano es, sin duda, el activo más importante de cualquier negocio u organización.

Un consultor es un profesional con un saber de experto cuya principal función es analizar para centrarse en la acción y en las medidas que hay que llevar a cabo para encontrar la mejor solución.

Pero, ¿qué sucede cuando el consultor decide por momentos, en sus sesiones de consultoría, aplicar “preguntas poderosas”?

Un servicio de consultoría implica un acompañamiento para facilitar el desarrollo de una organización y conseguir a la vez el crecimiento de sus líderes. La consultoría parte de la premisa de que existe un saber de experto que hay que aplicar para conseguir unos objetivos. Pero hay momentos en los que el consultor puede decidir apartar ese “saber de experto” y simplemente proponer a sus clientes que encuentren por sí mismos la mejor solución. ¿Qué busca con ello?

El mercado de la consultoría demanda ser experto en la materia de la que se asesora, pero ese mismo mercado cada día es más exigente con la transmisión de ese saber, es decir: el consultor debe calibrar la conversación, constatar que el cliente ha comprendido bien, y por eso es esencial detectar las fisuras en el discurso de la persona que hace la consulta. En esos momentos es cuando el consultor pone en marcha la estrategia de hacer preguntas, un arma excelente que le ayudará a manejar con éxito una buena comunicación.

Un coach empresarial se centra en potenciar el cambio y la transformación. Y para ello, la mejor arma es siempre la pregunta. Con preguntas es como mejor se activa la reflexión, algo a lo que no se le dedica mucho tiempo en las organizaciones, más preocupadas por procesos productivos que reflexivos. Y la reflexión va ligada, qué duda cabe, a los Procesos de Coaching Empresarial.

Un Proceso de Coaching Empresarial puede alargarse en el tiempo, o puede durar simplemente las sesiones programadas. Y es ahí donde la organización debe estar dispuesta a mantener la apuesta, pues sin duda un proceso de coaching empresarial puede llegar a tener un coste elevado, dependiendo de los casos y circunstancias, evidentemente. Por ello, hay que verlo siempre como una inversión que reportará beneficios sobre todo en el capital humano: mayor implicación, mayor desarrollo profesional, mejora del ambiente laboral y mayor satisfacción personal.

En Coaching Empresarial se trata, como en cualquier Proceso de Coaching, de invitar a que sea la organización, y sus líderes, quienes encuentren por sí mismos el camino del cambio. Y ese proceso la escucha vuelve a ser fundamental.

 

Acabamos con una pregunta:

¿Está un consultor dispuesto a escuchar como lo haría un coach?

Continuará…

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