Certificación de Coaching en España

06 Feb Certificación de Coaching en España

En los últimos años seguimos asistiendo a la explosión del Coaching como profesión. El  Coach profesional está adquiriendo cada vez más importancia en nuestra sociedad actual, tanto en el ámbito empresarial, donde tan necesitados estamos de líderes que aporten valor a sus equipos para hacerlos actuar y pensar más eficazmente, cómo en el ámbito personal, en el que los procesos de Coaching activan el desarrollo personal a todos los niveles a través de la reflexión y la acción.

Pero ante esta situación de frenética demanda, el Coach profesional ve también como ha ido surgiendo el intrusismo en la profesión. No es lo mismo saber de Coaching que saber ejercerlo profesionalmente. Y es por ello que cada vez se vuelve más imperativa la profesionalización del Coaching, implantando un único estándar de calidad y el seguimiento de un Código Ético en la profesión, que garantice a los clientes los resultados que necesitan y buscan.

Actualmente en España, el Coach Profesional puede obtener su acreditación realizando un proceso de certificación en alguno de los organismos oficiales o, simplemente, realizando un curso de Coaching en algún centro de formación que incluya su propia acreditación.

De este modo, debido a la falta de una única normativa o reglamentación que rija la profesión del Coaching, el proceso de certificación varía según el organismo: desde la simple adhesión, a la presentación de documentación que acredite la realización de horas de formación y prácticas de Coaching, o a la realización de un examen presencial de competencias en Coaching realizado por el organismo certificador. También hay diferencia en la duración de estas certificaciones, algunas de ellas están sujetas a cuotas anuales y renovaciones, mientras otras no prescriben.

Por ello, actualmente el nivel de rigurosidad en la acreditación del Coach Profesional varía enormemente según la opción que elija el propio coach. El reto de ser Coach Profesional hoy, empieza con un compromiso y una buena formación, la adhesión a un Código Ético, y la certificación por un organismo oficial que garantice la calidad y la excelencia en el ejercicio de la profesión.