30 Jul Para ser un buen coach hay que ser bueno escuchando
“Así como hay un arte de bien hablar, existe un arte de bien escuchar.”
Epicteto de Frigia
En 1982 el controvertido médico estadounidense Larry Dossey puso el foco de interés en la cuestión de la velocidad de los tiempos en los que vivimos, en donde prima hacer las cosas rápido y bien y en cómo eso nos afecta. La lucha que mantenemos con el reloj empujó a Dossey a acuñar el término “enfermedad del tiempo”. Con esas palabras definió la creencia de que el tiempo se escapa continuamente de nuestras vidas, que nunca es suficiente y que cada vez estamos obligados a ir más rápidos.
¿Acaso nos está convirtiendo esta “enfermedad del tiempo” en personas impacientes, agotadas, insatisfechas e incapaces de disfrutar del instante presente y, lo más importante, de escuchar al otro y de escucharnos?
Mientras que oír es un acto pasivo (es así como percibimos las vibraciones del sonido), escuchar implica acción. Algo parecido a lo que suceder con mirar y ver, que tampoco son lo mismo. Escuchar es mucho más complejo. En la escucha no solo se tiene en cuenta lo que oímos, se presta atención a la totalidad del mensaje: al lenguaje corporal, al tono de la voz… Escuchar lleva implícito interpretar y comprender. Así es como el sonido adquiere un significado.
Por eso, si queremos ser buenos coaches tenemos que ser buenos escuchando, porque lo más importante en una sesión de Coaching sucede a través de la escucha.
“Para ser completamente efectivo en la escucha activa se debe tener un sincero interés en el hablante.” Carl Rogers
Cuando hay una disposición a escuchar de forma activa, hay una intención. Tiene que haber interés. Y en un Proceso de Coaching es totalmente esencial depositar todo el interés en el otro, con respeto y disposición para comprender y conocer lo que nos dice. Un buen entrenamiento en escucha activa tiene consecuencias felices, como formular buenas preguntas, lo que garantiza que el Proceso de Coaching avanzará en la buena dirección. Como dijimos al hablar de la conexión emocional, dos son las características clave de la comunicación en Coaching: escuchar y hacer preguntas.
Si alguien solicita los servicios de un coach profesional es porque algo le ocurre, porque ha tomado la decisión de pasar a la acción y necesita de un guía que le acompañe en el proceso de pasar del lugar en el que está al que desea llegar. En Coaching siempre decimos que la respuesta siempre está en el cliente, que es él quien decide, quien descubre y quien encuentra; y que nosotros, los coaches, solo les acompañamos, le hacemos de espejo. Cuando un cliente se siente escuchado, acompañado, se abre a encontrar las respuestas y estas llegan. “No sé porqué pero he visto claro que lo que debo poner en práctica ahora es esto, algo que ni me había pasado por la cabeza”. ¿Qué coach profesional no ha escuchado de boca de alguno de sus clientes una frase de este tipo?
Certificar que los coaches realizan acompañamientos rigurosos y de calidad es uno de los objetivos de OCC-Internacional. En próximos artículos hablaremos de los elementos que contribuyen a hacer escuchas activas de calidad.
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