El Coaching como aliado de la salud emocional de los jóvenes

El Coaching como aliado de la salud emocional de los jóvenes

Vivir es un aprendizaje constante. Como personas, somos moldeados por nuestras experiencias y por nuestro entorno, aprendiendo con cada paso dado a reconocer los atisbos de nuestra personalidad, las potencialidades de nuestro carácter, pero también siendo puestos a prueba por las limitaciones y desajustes, mientras tratamos de lograr nuestros objetivos en los diferentes escenarios.

Lo que pasa es que no siempre son momentos fáciles o placenteros. Ni siempre hacemos o nos comportamos como deberíamos para nuestro propio beneficio.

¿Sabías que muchas limitaciones del presente son arrastradas de la infancia y adolescencia, período de desarrollo en que la persona está bajo mucha presión educacional y social?

Las memorias y experiencias vividas suelen ser especialmente entrañables en este momento, y la mayoría de las personas acaban pasando por ellas sin tener ninguna información a cerca de la importancia de cuidar su salud emocional.

Son innumerables las presiones sufridas: para encajar, para ser reconocido como parte de un colectivo, para estar dentro de un patrón estético, para dar cuenta de todas las tareas, para superar las expectativas de los demás, para destacar…

El adolescente acaba experimentando emociones como ansiedad o estrés o sintiéndose abrumado sin siquiera saber exactamente de qué se trata, especialmente porque en esta etapa de la vida hay mucho espacio para los beneficios de trabajar la salud física y casi ninguno para resaltar el retorno de la inversión en salud emocional.

Consciente de tanta complejidad, el buen Coach nunca cierra los ojos (ni oídos) a las dimensiones que componen la persona: emocional, mental, lingüística, corporal, energética, etc. Más aún: las abraza como punto de partida para el proceso de autodescubrimiento, sin perder energía centrándose en el pasado.

Para jóvenes que se adentran en la vida adulta, el Coaching llega como un potente recurso para promover equilibrio y evitar conflictos posteriores. Es un recurso valioso para canalizar energía y asumir el protagonismo de la toma de decisiones conscientes.

Cuanto antes el coachee se abrir a las posibilidades del Coaching, más fácil será avanzar sin perder el foco.

El Coaching como divisor de aguas

Es difícil predecir exactamente las consecuencias de una elección y, quizás, esa incertidumbre sea uno de los principales motivos que dificultan el proceso de toma de decisión. No obstante, tener en cuenta las oportunidades y puntos negativos que esa elección conlleva, genera más seguridad al coachee.

Una de las características más marcadas del buen Coaching es el hecho de ser un incuestionable punto de inflexión. El proceso creativo amplia horizontes, potencializa el autoconocimiento y previene contiendas posteriores por cuestiones que, aunque echen raíces en el pasado, dañan el presente y no favorecen el crecimiento personal.

Es un momento de entrega, un proceso de desarrollo que demanda una estructura clara para que se alcancen los objetivos deseados por el coachee, acompañado de cerca por el Coach durante todo el proceso.

¿Entiendes ahora el tamaño de la responsabilidad del Coach? Está para acompañar sin conducir, para apoyar, pero sin ofrecer soluciones.

Si el Coach profesional no tiene suficiente foco ni utiliza los recursos adecuados, tanto a nivel de formación como de herramientas, será incapaz de alcanzar la eficacia necesaria.

La certificación de OCC-Internacional es un claro indicador de calidad. Seguimos trabajando día y noche para ampliar la red de profesionales comprometidos con la excelencia en el ejercicio de la profesión. ¿Te apuntas?

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